jueves, 18 de octubre de 2012

Nací con un don


Tomada de Facebook
Desde niña tuve visiones de espíritus que no eran perceptibles a los miembros de mi familia, solía ver personas donde otros decían que no había nadie, también veía siluetas blancas (huevos de luz) que recorrían mi casa cuando alguien de la familia iba a fallecer. Algunos de los tíos que se murieron aun siendo muy joven llegaron a mi cama, para decir hasta pronto.
Intuitivamente, despedí a mi abuelo y a mi papa en el momento de la muerte. Ante mis visiones solía oír comentarios de mi mama y mis hermanos a cerca de lo cobarde que era y el montón de cosas que inventaba. Aquí relato como en la vida adulta descubrí que tenía un don que podía ayudar a otros.


Hoy muchos años después recuerdo con risa; escenas que en mi niñez no resultaban tan placenteras; recuerdo que decía espontáneamente a mi familia, ahí hay un señor que está haciendo señales para que me acerque, ante lo cual mi madre solía contestar un tanto exasperada; otra vez, te estas inventando cosas; mira bien que ahí no hay nada.


No fueron pocas las ocasiones que se me presentaban figuras humanas, que al parecer solo yo percibía. Mi niñez pasó, llego la adolescencia y con ella deje de ver personas que nadie veía, solo yo.

Cuando me hice una mujer adulta; entonces mis hermanas solían decir "Como es posible que seas así de fuerte si de niña te espantaban las materas, las puertas Etc.": esto lo decían porque para esa época mis visiones de personas donde otros no veían nada se habían perdido

Habían pasado tal vez quince años desde la muerte de mi padre; quien fue muy cercano, muy amoroso y muy inspirador en mi vida; y visite un vidente, quien no me ayudo en lo que yo esperaba, pero si me dijo: Al lado suyo vive alguien desencarnado (persona que ha muerto); mi papá; y Usted debe ayudarlo a cruzar el umbral porque hoy el no está evolucionando espiritualmente y Usted tampoco. De acuerdo con esta recomendación hice un ritual, le hable a mi papá allá en el mundo de los espíritus, él se fue y yo comencé a llorar como no lo había hecho quince años atrás en su funeral. A Partir de esta experiencia empezaron a pasar una serie de sucesos que me mostraron que mi visión de niña había vuelto y que ahora estaba habilitada para ayudar a quienes se mueren a pasar el umbral y continuar con su proceso de evolución.

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